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SIR EDWARD ELGAR (1857-1934)

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Concierto para violoncello y orquesta en mi menor, Op. 35

  • Adagio-Moderato
  • Lento-Allegro molto
  • Adagio
  • Allegro, ma non troppo

Sir Edward Elgar (1931)

Lo mejor de la creatividad de Elgar vio la luz en un período relativamente breve. Muchas de sus mejores obras fueron escritas antes de la Primera Guerra Mundial, como sus Sinfonías, obras vocales, tres grandes obras de cámara y su Concierto para violoncello y orquesta.

Esta última obra fue terminada en el verano de 1919 y recibió su estreno en la Queen’s Hall de Londres en octubre de ese año, con Elgar en la batuta y el cellista Felix Salmond, quien colaboró con el autor en el proceso creativo de la obra, especialmente en lo que se refería a la técnica del instrumento.

Para su mala fortuna, ambos no tuvieron el tiempo necesario de ensayos, por lo que la primera audición del Concierto fue poco satisfactoria para muchos. Aún así, el tiempo ha sabido colocar a esta partitura como uno de los ejemplos más acertados del repertorio romántico para el violoncello junto a los Conciertos de Schumann, Saint-Saëns y Dvorak.

El elemento fundamental y obvio a cualquier oído en el Concierto de Elgar es la enorme melancolía que emerge de él, y que en estricto sentido es una despedida musical al mundo, un canto del cisne que también puede ser interpretado como el irremediable fin de toda una época en esa Inglaterra, al sufrir un cambio tajante a causa de la Primera guerra mundial.

Pero ¿por qué era éste el canto del cisne del propio Elgar? Ocurrió que poco después del estreno del Concierto para violoncello, la esposa del compositor, Caroline Roberts, dejó de existir y lo cual provocó una enorme depresión en el músico, al grado de decidirse voluntariamente por el retiro en el campo, y de manera ocasional llegaba a escribir una que otra pieza, que de ninguna manera se equiparan a la grandeza de sus obras más célebres. Prácticamente el silencio de Elgar duró catorce años, justamente el tiempo que le restaba de vida. El musicólogo ingles Michael Kennedy informa al respecto: “… Elgar escribió en 1917: ‘Todo lo bueno y agradable y limpio y fresco y dulce se ha ido -para nunca regresar.’ En ese año, exhausto mental y físicamente, rentó un cottage, Brinkwells, cerca de Fittleworth en Sussex. Y en la soledad campirana compuso tres obras de cámara (su Sonata para violín y su Cuarteto para cuerdas, ambos en mi menor como el Concierto para cello) y un Quinteto con piano.”

Elgar dirigiendo la grabación de su Concierto para cello con Beatrice Harrison (1920)

Es así que el espíritu de este inglés, quizá como una premonición de lo que habría de ocurrir en su vida futura, relató con inigualable maestría su especial sentimiento por la existencia humana, sobre todo en el evocador primer movimiento de la obra, con su sombrío recitativo para el violoncello solista.

Al paso de los años, este Concierto de Elgar ha encontrado un nuevo elemento de nostalgia, que logra conmover hasta al más indiferente: la interpretación que llevaron al mundo del disco la cellista Jacqueline Du Pré y el director Sir John Barbirolli. Este enorme documento sonoro no sólo sorprende, emociona, cautiva y hace derramar lágrimas, sino que la triste historia de la hoy desaparecida Du Pré (esposa del pianista y director Daniel Barenboim), con todo su sufrimiento físico al acercarse el fin de su vida provocado por la esclerosis múltiple, se conjuga con la obra de Elgar al grado de formar un binomio que sólo el final de los tiempos podrá desvincular.

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

P.S.- A principios de 1999 el director inglés Anand Tucker presentó su película Hilary y Jackie, con Emily Watson y Rachel Griffiths. En ella se narra la historia de celos y amor entre las hermanas Du Pré, y el desenlace de la misma con la muerte de la virtuosa cellista. En ella, el tema musical recurrente corresponde al primer movimiento del Concierto de Elgar; y en la banda sonora aparece la interpretación de Jacqueline Du Pré y Barenboim en la batuta. Filme harto conmovedor (hasta las lágrimas, en serio) que es muy recomendable para sensibilizarse más con la vida de la cellista y la maravillosa música de Elgar.

Descarga disponible:

Sir Edward Elgar: Concierto para violoncello en mi menor Op. 85

Versión: Jacqueline du Pré, violoncello. Orquesta Sinfónica de Londres. Sir John Barbirolli, director.



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